“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Acudo cada mañana al recuerdo de aquel diecisiete de agosto para volver a verte emerger, espléndida y resplandeciente, de la mar en calma de mis sueños y recibir tu saludo amable de sirena encantada.
Mujeres en la playa ofrecen sus piernas abiertas deseando ser fecundadas por los rayos bronceantes de Helios y el húmedo salitre de Neptuno mientras sueñan eróticas odiseas.