Yo soy la regla que confirma la
excepción, la i debajo del punto y el caracol de la escalera. Si parece que
vengo es que voy y si quieto me estoy no me detengo. Soy absurdo, lo sé,
contradictorio también, pero en ilegítima acusación me defiendo como pez fuera
del agua, no vaya a ser que me condenen sin pruebas ni delitos ni faldas.