“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Cinco manos en cada dedo, cinco lobas tiene el lobito, cinco
eran tres las madres de Elena, cinco minutos eternos de espera, cinco por cinco
veinticinco y dos que te llevas, cinco años de amor sin condena.