“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
¿Dónde va la tarde tan cansada? ¿Qué prisa tiene de dejarnos? ¿Acaso le no gusta que jueguen?... Se va porque está triste, Alguien la ha utilizado, Han abusado de ella, Mentido en su nombre, Usado su paz, calidez, melancolía. La tarde está triste, sí, Huye de falsas promesas de enamorados, De gestos dudosos, teatrales… De ambiciones vulgares, sin fondo. La tarde se refugia en su madre, la noche, Ella la cubre con su manto oscuro Y la protege de violadores enmascarados. La tarde llorando va… Mañana, ¿Mañana nos acompañará?
He venido hasta aquí Siguiendo la luz emitida Por los recuerdos de aquellos Momentos vividos a tu lado, En busca de la paz final, Del último destino.
He llegado hasta aquí, a tus pies, A Punta do Boi, en la Costa de la Muerte, Esperando el destello final Que ilumine mi último viaje inevitable.
Contemplo, a lo lejos, La silueta del carguero Que lentamente avanza, En el horizonte curvilíneo, Retornando al puerto que le espera Como a mí me espera la muerte.
Cuántos años has guiado a las naves Que surcan estas costas infernales, Azotadas por furibundas tempestades, Avisando del peligro fatal De acercarse a los acantilados Para no encallar en los arrecifes, Evitando trágicos naufragios.
En cuántos momentos de mi vida Has orientado mis pasos Cuando mi cerebro era un mar de dudas Y a tu lado encontré la tranquila salida De la tormenta tenebrosa de mis miedos.
Mi travesía ha terminado Y quiero permanecer para siempre aquí, A tu lado, protegido por tu imponente figura, Gozando de tu compañía, noche y día, Envuelto en la bruma de los días grises, Que casi son todos, Escuchando el batir de las olas en las rocas Y el graznido de las gaviotas Que revolotean a tu alrededor.
Sé que no estoy sólo, Me acompañan las almas De los marinos del Serpent Y de otros buques que, ingobernables, No escaparon de la galerna.
Gracias por acogerme una vez más, Tu luz intermitente en las noches oscuras Marcará la tumba que he escogido a tu lado.