viernes, 24 de febrero de 2023

No hace falta

 

No hace falta que me pidas lo que me pides, ni que me digas lo que quieres, ni lo que dices. Tan sólo nombrarlo, tan sólo verte y mirarte y besar tus labios, tan sólo recordarte y tan sólo tocarte. Entonces las palabras sobran, porque los cuerpos se nombran. Se borran todos los recuerdos y aparecen los nuevos, los del momento, los que perduran, y lo harán en un futuro, en ese que tú anticipas y que yo no quiero imaginar. Ahí, donde tú sabes que me acomodo y me recompongo, en ese en ese que tú anticipas y que yo no quiero imaginar. Ahí, donde tú sabes que me acomodo y me recompongo, en ese triángulo de tu cuerpo, donde las fragancias se inhalan y los sueños dejan de serlo. Entonces, ¿para qué pedir? Si con tan sólo mirarnos todo se desvanece. A mí, por lo menos, ya no tienes que preguntarme, sino acariciarme y besarme, cogerme de la mano y hablarme cómo tú sólo haces.

Adela Santurce