Vino, fue todo lo que supe.
Entró envolviendo con su aroma
El rancio olor de mi soledad dormida.
Las rendijas del pasado
Se abrieron a la luz.
Sentí cerca su cálido aliento,
Sus manos acariciaron mis pesados hombros
Y rozaron sus cabellos esta frente arrugada.
Noté sus labios gratos besar la nuca helada.
Giré, quise mirarla y ya no era.
Marchó, fue todo lo que supe.
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