miércoles, 19 de enero de 2011

Compensación intangible.


Tu atenta mirada
Cuando me miras.
Tu limpia sonrisa
Sonriente me llama.
Tu cálida voz que habla
Y absorto me canta.
Tu ánimo dulce suaviza
Mi amarga nostalgia.
Tu mano cálida y firme
Estrecha la mía que tiembla.
Tu abrazo fraterno
Reconforta y consuela.

Compensa, sutil tristeza,
Y retorna a ti con fuerza,
Intangible de medir
Imposible no sentir.

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