Elegiste la opción A, la mas difícil y complicada, que implicaba subir a lo alto de tu vida por el camino más agreste y empinado. Descartaste las otras dos: la B, rodear la montaña de los problemas cotidianos; y la C, permanecer estática esperando acontecimientos.
Estás a punto de coronar la cima, sabes que ahí arriba las cosas se contemplan de otra manera: con calma, paz y lejanía; relativizando los problemas, asumiendo nuestro destino. Ha merecido la pena afrontar el gran reto, que abajo parecía inalcanzable, con determinación y valentía.
Más desconoces lo que te espera en la cumbre, en la madurez de tu camino. Quizá encuentres un precipicio, un gran acantilado o un despeñadero que te obligue a retroceder y desandar lo recorrido con tanto esfuerzo. Puede que toques el cielo y saborees la felicidad como recompensa a tus sacrificios pasados. En todo caso, conociéndote, creo que no permanecerás indiferente y encontrarás, de nuevo, la senda afortunada.
Y sabes, además, que estamos cerca de ti dispuestos a darte la mano y acompañarte en los momentos de duda, temor e incertidumbre. Somos compañeros de viaje, elegimos también la opción A y andamos, contigo, en la misma aventura: la de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario