viernes, 26 de febrero de 2010

¡Que vivan las mujeres!



Las mujeres nos acompañan en la vida y sin ellas ésta no tendría sentido.
¡Que vivan las mujeres! para que vivamos los hombres soñando con ellas.
¡Que vivan!

lunes, 22 de febrero de 2010

Amor eterno.


El amor irrumpe en nuestras almas
Nos trastorna, nos eleva y nos deja caer
Sin red que nos proteja.

Pero no sufras, siempre hay otro amor
Que te ayudará a levantarte…
Y a seguir respirando.

Es el mismo amor, el amor eterno,
Que cambia de rostro, de personaje,
Para colarse de nuevo en el corazón
De las almas anhelantes.

Yo lo sé todo… y no sé nada,
Quiero saber… y temo hallar la respuesta,
Pero siento que te quiero, que te amo
Y volvería a darte mi mano.

... hasta siempre.
Tu amigo del alma.

Vendrá la marea a borrar
Los nombres de amor
Escritos en la arena,
Junto a orillamar.
Vendrán el viento, la lluvia
Y las gaviotas a ocupar su lugar.
Volverán los adolescentes,
Una vez más,
A dibujar corazones
Y a escribir los nombres
De quienes les hacen soñar,
En la húmeda arena,
Junto al mar.
">

miércoles, 17 de febrero de 2010

El amor.


No hay más amor que aquel que estamos dispuestos a entregar y entregamos.
Yo te entrego el mío.

El amor flota en el aire deseando ser inhalado por las almas tristes y entregarles la felicidad soñada.
Yo he soñado a tu lado el amor.

El amor enciende la llama que da vida a la pasión contenida.
Yo soy tu pirómano.

El amor es el abono que absorbemos por las raíces del alma y florece en nuestras vidas.
Yo abono mi amor con tu recuerdo.

El amor es el virus que, paralizando nuestro sistema operativo, controla nuestros sentimientos obligándonos a reiniciar el futuro.
Yo no instalo antivirus.

El amor ilumina nuestras sonrisas en los días grises del otoño apagado.
Yo alimento su luz con tu mirada.

El amor es el relámpago que anuncia la tormenta en nuestros sentimientos.
Yo quiero tronar de felicidad a tu lado.">

sábado, 13 de febrero de 2010

Soliloquio.


No eres tú la mujer que conocí,
¿Acaso no has cambiado tanto?

No te reconozco cuando hablas de mí,
¿Tal vez el tiempo nos ha separado?

No comparto nada de lo que expresas de ti,
¿Crees de verdad que te he abandonado?

No seas ingrata con el amor que te di,
¿Piensas que no puedo sufrir de este modo?

No estoy dispuesto a continuar mi vida así,
¿Vas a dejarte llevar por el recuerdo?

No quiero que llegue el momento del fin,
¿Te alegrarás de perderlo todo?

No eres tú el hombre que conocí,
¿Acaso no hemos cambiado tanto? …">">

miércoles, 10 de febrero de 2010

Testamento marítimo.

(El otorgado, con menores solemnidades que el ordinario, por la persona que se halla a bordo de una nave en viaje).

No tengo intención de abandonar este mundo de los sentidos pero la experiencia me dice, y también las estadísticas, que todos morimos y es inevitable el retorno a la inexistencia.
Yo no elegí nacer porque no existía en el momento de mi concepción y por tanto tampoco debería elegir morir, aunque en este caso, como existo, pudiese hacerlo.
Lo que sí puedo, y eso hago en estos momentos, es dejar por escrito instrucciones referentes al momento posterior a mi óbito en caso de producirse en tierra firme pues, como marino que soy, no descarto el enterramiento en la mar.
Es costumbre en la mayoría de civilizaciones, culturas y religiones celebrar un acto de despedida al finado con laudable intención de favorecer su tránsito a otros lugares en el más allá.
Para no equivocarme sugeriría que llevarais a cabo todos los rituales funerarios vigentes hoy en día (al unísono o uno tras de otro), de esa manera evitaría problemas de ser condenado en cualquiera de los infiernos que proclaman los próceres religiosos. Comprendo que, aparte de las dificultades técnicas para contactar con todos los chamanes y convencerles para dar cumplimiento a mi deseo, la multiceremonia funeraria se alargaría demasiado en estos tiempos de prisas y no creo que estéis dispuestos a embarcaros en esa misión.
Simplificando al máximo el ritual fúnebre y una vez cumplido el tiempo de espera legal por si resucito (no lo descarto, pues ya existen precedentes al respecto), sugeriría que en las exequias evitarais cualquier ceremonia con discursos elegíacos de mi persona, ya que, modestamente pienso, mi vida no ha sido relevante desde el punto de vista social, profesional y seguramente tampoco personal.
Dejemos pues los discursos entrañables para personas con más merecimientos que los míos.
Queda por último indicaros amablemente el destino que me gustaría otorgar a mi inanimado cuerpo.
Donar mis órganos (incluidos los sexuales) para mejorar la existencia de algunos de mis contemporáneos sería un último acto de amor a la humanidad.
El resto de mi cuerpo, o las partes menos útiles, podrían tener otros destinos. Por ejemplo sería de utilidad para el aprendizaje de noveles profesionales de la medicina y de esta manera alargaría mi vida útil. Exponer mi cuerpo en algún museo de Ciencias Naturales me produciría sonrojo al verme observado y manoseado por estudiantes poco respetuosos con los cuerpos ajenos.
El embalsamamiento, la congelación, el enterramiento y la incineración serían otras opciones a tener en cuenta. Descarto el enterramiento en el cielo consistente en arrojar mis despojos en un muladar a la espera de ser consumidos por las aves rapaces.
En caso de que optéis por la incineración os rogaría que las cenizas, producto de la combustión, fueran arrojadas en una tarde gris (para no desentonar) en las costas de Fisterra.
Deciros, por último, que no es mi intención reencarnarme. No obstante si no me adapto a mi nuevo estatus post mórtem estaría dispuesto a opositar a un nuevo cuerpo terrenal y no dudéis que haría todo lo posible por agradeceros personalmente los esfuerzos realizados para dar cumplimiento a mis últimas voluntades.

Islas Eolias a 10 de febrero de 2010.
El Maestre de el velero “De la Vida”.">">