Hay una niña que camina por la
acera con paso ligero, mirada al frente, espalda recta, una taza de porcelana y
una rama de pino en su mano derecha, en la izquierda la cartera, vestido de
cuadros rojos y blancos, rebeca a juego, coleta, calcetines blancos y zapatos
negros. No es una niña cualquiera, eres tú cuando eras cómo ella. ¿Recuerdas?