Busca un faro apagado que no
pueda guiarte, no mires al sol por el día, ni a las estrellas de noche, tira la
brújula que llevas en la mochila y apaga el GPS del móvil, no se te ocurra
preguntar a nadie ni consultar ningún mapa, déjate llevar inconscientemente por
tus pasos al ritmo que marque tu corazón. Y si aún así no encuentras lo que
andas buscando no te preocupes y sigue caminando hasta que tropieces contigo
mismo, ahí, tal vez, encuentres las respuestas y se encienda la luz para verlo
todo muy claro.