Flores blancas de otoño,
vestidas de novia,
atraen la mirada de fotógrafos
despistados
y anuncian un invierno nevado.
Flores que te envío por el aire,
a modo de desagravio,
para limpiar mis palabras
manchadas aquella noche
desafortunada.
Colócalas en un recipiente
plateado
y riégalas con tu llanto,
y si marchitan,
como un amor oxidado,
te enviaré otras que enciendan tu
ánimo.