Me atrapó en el último sueño. Sin
saber cómo apareció mientras buscaba una oficina de Caja Madrid. Se agarró a la
parte de atrás de mi cinturón y ya no pude abandonarla. Media melena, mediana
estatura, cuerpo menudo, labios rojos y aire melancólico. Le dije a mi amigo,
que se había quedado al cuidado de las bicicletas, que acababan de atraparme y
que diera él todas las explicaciones a quien quisiera conocerlas. A partir de
ese momento me entregué a ella hipnotizado. Con frágil voz y mirada luminosa
comenzó a contarme su relato hasta que los reflejos del amanecer cegaron mi
sueño.