sábado, 5 de febrero de 2022

El Otro

 

Siempre la misma hora, me despierto y ahí estás tú. Las tres, minuto arriba, minuto abajo, ahí estás tú.

Despierta o soñando ahí estás tú, antes solo despierta y ahora soy consciente y en los sueños apareces tú.

Reír, llorar, añorar, querer, amar, recordar, soñar. En todos ellos estás tú.

Entraste a mi vida por esa ranura, sigilosamente, deslizándote como una serpiente me alcanzaste.

El sueño roto y el hambre a ratos.

El amor hace estragos con unos más que con otros.

Es bonito y doloroso.

Juega con sentimientos correspondidos y se escapa de los no correspondidos.

Alberga la duda, la esperanza, la sensibilidad, la necesidad.

¿Por qué con el otro y no con uno mismo?

Acabo, ¿no puede uno autoalimentarse sin tener la necesidad del Otro?

El Otro, siempre se quiere el Otro, aquello que no tenemos y lo tiene el Otro.

Lo que el otro nos da, lo que el otro nos aporta, lo que nos llena o nos quita, lo que nos hace y lo que no, lo que peleamos por conseguir del otro, lo que le pedimos con palabras y silencios, lo que amamos del otro y lo que odiamos o despreciamos.

Siempre hay un otro, de la clase que sea, amigo, hermano, compañero, amante, marido, novio…

Y si no lo hay, si sólo la soledad nos acompaña, nos enredamos en ese otro que solo es nuestro goce y del que debemos escapar, rodearlo, dejarlo caer, no alimentarlo y saber que este no nos hace bien.

Adela Santurce