miércoles, 16 de febrero de 2011

Bajo la fina lluvia de febrero.


Camino bajo la fina lluvia de febrero, con paso lento y reposado, saboreando el momento de tranquilidad que ofrece el final de la tarde. Destino ninguno, tal vez intentando aislarme dentro de las sensaciones que ofrece esta tarde pasada por agua y escapando de los pensamientos cotidianos de la rutina diaria; volcando mi atención en la piel que recibe las suaves caricias de las gotas de lluvia que humectan mi espíritu y ablandan mi mente. Cruzan a mi paso mujeres y hombres que todavía marchan a paso ligero intentando llegar antes, o no mucho más tarde de la hora prevista, a sus ocupaciones del final del día. El ruido del tráfico no logra acallar el sonido del viento que llega a mis oídos y me trae el canto de las nubes sobrevolando la ciudad. El aroma fresco del césped y de los pinos, que inhalo profundamente, me transporta a paisajes de campo archivados gratamente en mi memoria. Al fondo de la avenida el reflejo de la luz filtrada del Sol en el horizonte marca el crepúsculo de la tarde que dará paso, una vez más, a una tranquila noche de invierno, bajo la fina lluvia de febrero, a la que me acerco despacio confortado con el ambiente que me envuelve y el brillante recuerdo de tu imagen que me acompaña siempre.