De tu inocencia soy testigo y si tengo que declarar en tu juicio final diré que todo fue por amor, por amor a los demás, aunque no lo crean, y por amor a mí, que no dudo. Entre dos amores estabas atada, con miedo a soltarte de alguno de ellos y desequilibrar tu balanza. No es nada fácil romper las cadenas y huir cuando dejas atrás unas vidas desesperadas.