Has salido de un problema cuando
te entran otros más y no das abasto, te agobian, te desbordan. Una vida sin
parar, de aquí para allá. Trabajo, familia, rutina y asuntos que no te dejan
casi respirar. Inquieta, dándole vueltas a la cabeza, intentando solucionar todo
lo que te viene encima sin haberlo pedido. La vida, imprevisible, dulce y amarga a la
vez. Pero puedes cambiar tu actitud y, sin pensar más de la cuenta, afrontarlo
todo con ánimo y disposición, de esto último no te falta, seguro. Y puestos a
disfrutar ahí tienes a tu amigo dispuesto a aliviar tus penas, escucharte,
comprenderte, quererte y endulzar tus labios. ¡Siéntate y descansa!