lunes, 4 de mayo de 2015

Historias subterráneas: -3



El ambiente en la oficina no era de lo más recomendable, malas caras y peores contestaciones fruto de los roces de muchos años compartiendo miserias. Y sucedió que aquel día, víspera de otro cualquiera, se desbordó el vaso de la paciencia y corrió la sangre inundándolo todo. Un pequeño comentario machista del director de Recursos Inhumanos desembocó en su asesinato: ¡Qué buenas estáis y qué inútiles sois! Tal vez debió permanecer callado, no era ocho de marzo pero los abrecartas y las tijeras lucían recién afiladas.