Un patio andaluz en primavera, de flores multicolores y aromas de azahar; dos viejas mecedoras, que ya mecieron muchas siestas y muchos sueños al ritmo del agua de la fuente; un libro digital, o de tapas de cartón, en nuestra manos. Nos sumergimos en la lectura, dejándonos llevar, viviendo la historia contada y olvidándonos de la propia. ¿Me acompañas?