A tu ventana azul acudo cada
mañana con intención de verte. Sé que estás ahí, tras la cortina, esperando mi
llegada. Pero son tantos tus miedos y temores que pasan los días y las
oportunidades se pierden. Algún día dejaré de ir porque habré encontrado otra
ventana abierta. Ese día serás consciente de tu desdicha y sentirás mi pérdida
para siempre.