Llega la noche y se enciende mi
sombra buscando la luz de tus sueños. Deambulo por la ciudad tropezando con
todo lo que encuentro a mi paso: farolas, palmeras, vehículos bien aparcados y
borrachos haciendo eses para esquivarme. Por fin, ya de madrugada, te encuentro
y atravieso el muro que nos separa. Me meto en tu cama y me engancho a tu
último sueño, ése que esperabas vivir desde hace tanto tiempo y te tenía
atrapada. Y ahora, cuando despiertes, verás que no fue un simple sueño porque
me tendrás a tu lado y ya no seré sombra sino cuerpo y un trozo de alma.
Un paseo por tu ciudad, cogidos
de la mano, sin miedo al "qué dirán".
Un día entero juntos sin tener
que mirar el reloj.
Una noche, tan sólo la
oportunidad de una noche.
Comer contigo sin mirar para
atrás.
Poder besarte sin importar que
nos vean.
Poder hablar de ti con toda
naturalidad, delante de cualquiera.
Poder decir que a mí también me
dan los buenos días todas las mañanas.
Tener la oportunidad de mirarte a
los ojos cada vez que hablamos.
Éstos son mis sueños pero siempre
sueño con la luz apagada.
¿Serán "esta vez" mis
sueños los que tu sombra busca?