lunes, 29 de diciembre de 2014

Mi sombra.


Llega la noche y se enciende mi sombra buscando la luz de tus sueños. Deambulo por la ciudad tropezando con todo lo que encuentro a mi paso: farolas, palmeras, vehículos bien aparcados y borrachos haciendo eses para esquivarme. Por fin, ya de madrugada, te encuentro y atravieso el muro que nos separa. Me meto en tu cama y me engancho a tu último sueño, ése que esperabas vivir desde hace tanto tiempo y te tenía atrapada. Y ahora, cuando despiertes, verás que no fue un simple sueño porque me tendrás a tu lado y ya no seré sombra sino cuerpo y un trozo de alma.

Un paseo por tu ciudad, cogidos de la mano, sin miedo al "qué dirán".
Un día entero juntos sin tener que mirar el reloj.
Una noche, tan sólo la oportunidad de una noche.
Comer contigo sin mirar para atrás.
Poder besarte sin importar que nos vean.
Poder hablar de ti con toda naturalidad, delante de cualquiera.
Poder decir que a mí también me dan los buenos días todas las mañanas.
Tener la oportunidad de mirarte a los ojos cada vez que hablamos.
Éstos son mis sueños pero siempre sueño con la luz apagada. 
¿Serán "esta vez" mis sueños los que tu sombra busca?