jueves, 14 de abril de 2011

Imaginando otra realidad.


El naturalista inglés Charles Darwin, a través de sus viajes en el “Beagle” recorriendo mares y continentes, tomó conciencia, por medio de la observación científica, de la evolución en el tiempo de los seres vivos, de todas las especies, a partir de un antepasado común mediante la selección natural: adaptación al medio ambiente donde “juegan” con otros seres vivos para sobrevivir, los más fuertes y afortunados, perpetuándose como especie.
Si no cambias, si no evolucionamos, desapareces, nos extinguimos.
Existe otro modo de evolucionar: por medio de la imaginación.
Con nuestra imaginación estamos creando futuro, la nueva realidad de hoy y de mañana. Imaginamos dispositivos para facilitar o complicarnos la vida; para obtener lucro con su venta y uso; para solucionar problemas de todo tipo o crear otros nuevos; imaginamos belleza para alumbrar arte.
Yo imagino historias con personas femeninas y sentimientos, sin género de dudas. Algunas son reales, existen físicamente e incluso piensan y sienten. Nota: soy feminista y además constato que las mujeres piensan y sienten más y mejor, en general, que los hombres, pero la frase la he imaginado así y no me imagino cambiándola. Otras mujeres, en cambio, son producto de mi imaginación al 100%: sus cuerpos, edad, características emocionales, actividad laboral, entorno social, etc. Les doy vida e independencia de tal forma que en alguna ocasión me he cruzado con alguna de ellas en la calle y nos hemos reconocido: ella como personaje y yo como autor; pero por prudencia, timidez o respeto mutuo no he llegado a cruzar ninguna palabra con ellas, tan sólo algunas miradas cómplices.
Como afirma mi colega Bernado Soares: “A fuerza de imaginar, se agota el poder de imaginar, sobre todo de imaginar lo real”.
He llegado a pensar que incluso yo soy producto de mi imaginación, de una imaginación del pasado que tomó vida, separada de mí, transformándose en lo que ahora soy. El caso es que no sé quién de los dos: Chema o él es el auténtico y real y cuál el imaginado. ¿O tal vez ambos somos fruto de la imaginación de un tercero o de varios cuartos y quintos?
No puedo contar nada más, mi imaginación está a punto de agotarse, si posees conocimientos en Psicología te agradecería que me ayudaras a resolver esta duda imaginada, gracias.