La luz que me guía

Caí en el abismo de tu mirada, atrapado quedé para siempre y desde entonces eres la luz que me guía.

Nueva realidad

Dicen que hay una nueva realidad, tan irreal que parece un sueño o más bien una pesadilla. Adaptarse a los cambios rápidamente, sobrevivir en tiempos difíciles, vivir al día sin pensar en pasado mañana. La realidad es nueva, pero nosotros somos más antiguos, venceremos.

Diagonal

Mitad cielo, mitad tierra, una diagonal por frontera. Oblicuamente corta en dos triángulos la imagen, uno terrenal y humano, otro celestial y divino. Geometría variable en tiempos de pandemia.

Lluvia

No eran lágrimas, no era tristeza, no era desamor, era la lluvia que veía caer, en una mañana gris, a través de mi ventana.

Aglomeraciones

Si nos dijeron que nos quedáramos en casa era para evitar esto: aglomeraciones con un virus propagándose como pólvora ardiendo. ¿Todavía hay alguien que no lo entiende? Porque tenemos la sana costumbre de ir al hospital cuando nos encontramos mal y al final acaba colapsado. A las Comunidades Autónomas les pilló fuera de juego, sin previsión, medios y respuestas, también al Gobierno del Estado. Y así han estado todos, dando palos de ciego mientras la oposición se ponía ciega dando palos por cualquier motivo, incluso si no había motivo. Demasiados muertos y demasiado triste, pero todavía queda la Comisión del Congreso para consensuar una solución a la crisis generada, ya andan afilando las navajas. ¿Cuándo vamos a aprender? ¿Cuándo vamos a cambiar?

Frente a la ventana

Yo, que casi nunca estaba dentro, ahora paso las horas de la tarde sentado frente a la ventana. Veo el cielo, leo, observo a los vencejos y escucho sirenas y aplausos que llegan de la calle. He descubierto un mundo interior, una frontera y detrás de los cristales una vida en cuarentena. A última hora, si el día no está gris, baja el sol saludando y diciendo adiós tímidamente. Sé que esto acabará pronto, pero no sé si después de esta experiencia decidiré quedarme dentro de casa para siempre.

Amor de frontera

Cuando te marchas y cruzas la frontera entre tu casa y mi casa, queda un vacío, una tristeza, una desesperanza. Sé que volverás algún día, sin avisar, cuando te venga en gana, pero tal vez ya no esté o esté tan lejos que no pueda llegar a verte.

En el día del libro

El libro es mi refugio en tiempos de confinamiento.

Tao Te King

Lao Tse

Siglo VI a.C.

Amor confinado

El de ellos no fue un amor a primera vista, más bien fueron las letras las que despertaron el interés por conocerse. La literatura primero y la voz después, dieron paso al conocimiento visual, y en este caso tampoco fue la primera impresión la que marcó su destino común. Creció el sentimiento, aumentó la atracción, se mantuvo la palabra escrita y también la pronunciada. Hubo otros encuentros, y algún desencuentro, y aquello que comenzó siendo nada terminó siéndolo todo.

El ojo de la cerradura

Hay personas que te atraen a primera vista y, sin mediar palabra, desearías abrir las puertas de sus vidas para asomarte y ver qué hay dentro. Otras, en cambio, preferirías no haberlas abierto.

Blues

Hace un año, Juangacedos, uno de los artistas urbanos más notables de la ciudad, exponía en la galería de Pablo Alfaro una serie de obras en tinta, acrílico, pastel y espray sobre tabla, amparadas bajo el título "Blues" (por el color y la música). Me llamó la atención este cuadro intrigante, premonitorio y apocalíptico y no tuve más remedio que llevarlo a casa. Desde hace poco más de un mes, aquello que me inspiraba el cuadro se ha hecho realidad y el mundo parece ser que ya no es ni será el mismo.

Difuminada línea

Difuminada es la línea que separa la mar del cielo, la fe, de la razón, la realidad de tus días, de la magia de tus sueños, si no subes no lo verás tan claro.

Hora de soñar

La tarde llegaba a su fin, cansada y llena de nostalgia. En el crepúsculo debía entregar el testigo a la noche y retirarse a dormir. Mañana sería otro día y ya habría tiempo de recuperar el ánimo y la energía, ahora era hora de soñar.

Pedaleando

Una vez pasado esto, tendremos que pedalear todos, si nos dejan los políticos, en la misma dirección.

Gotas de lluvia

Como gotas de lluvia iban cayendo los días, cada día diferente, calando por dentro. Recalos, goteras, charcos, pequeñas lagunas de memoria y grandes lagos llenos de recuerdos. Así pasaban los días, las semanas y el primer mes de retiro, sin ir más lejos, en casa.

Presos

Las viviendas se transformaron en celdas y sus moradores, presos temporalmente y con movilidad restringida, escapaban del confinamiento a través de sus celulares. Ahí, en el ciberespacio, se sentían libres y daban rienda suelta a sus fantasías para revivir todo aquello que no les permitía la autoridad. Sin ir más lejos, entraban en contacto con aquel amor prohibido y se teletransportaban a los escenarios de pasadas aventuras en lugares comunes, pero mágicos a los ojos de dos enamorados.

En los confines

En los confines de la pandemia te esperaré, desprotegido, para transmitirte mis sentimientos y expresarte mis deseos.

Vacío

Al tercer día de su muerte, la luz dorada de la resurrección iluminó la mañana de domingo. Comenzó ahí su segunda cuarentena, con apariciones y nuevas enseñanzas, antes de ascender a los cielos.

Dorada luz

Al tercer día de su muerte, la luz dorada de la resurrección iluminó la mañana de domingo. Comenzó ahí su segunda cuarentena, con apariciones y nuevas enseñanzas, antes de ascender a los cielos.

Revolucionario

Quiso ser revolucionario, propagar otro estilo de vida enfrentándose con acciones y argumentos al poder político y religioso, y así, como a tantos otros desde que el mundo es historia, se le fue la vida y le vino la muerte.

Verónica

En el velo de Verónica quedó su rostro impreso, anticipo de la fotografía y prueba del sufrimiento al que, por voluntad propia, estaba predestinado.

Procesión fantasma

Una procesión fantasma en mitad de la noche, ecos de tambores y bombos suenan, desfile de nazarenos por calles desiertas anuncian la muerte.

15.000 motivos

Hay más de 15.000 motivos, con nombres y apellidos, para no celebrar nada; en todo caso celebremos en silencio que el resto, de momento, estamos vivos.

Superluna

Envuelta en un halo de misterio, la superluna de abril jugaba a ser sol e iluminaba con toda su potencia el final de la noche. Ya habíamos perdido la cuenta de los días de aislamiento y cuarentena. Sólo los astros iban y venían a su antojo, fieles siempre a su cita con el tiempo, marcando el ritmo de la vida.

Valeriano

Hay quien aprovecha la pandemia en beneficio propio. Impropio es de personas responsables y solidarias. Egoístas eran antes, después y ahora. Otros, en cambio, sacan lo mejor que llevan dentro. Ejemplo son de amor, humanidad y ciudadanía.

Monstruos

Fuera de casa el peligro acechaba, había que andar con mucho cuidado, el enemigo era invisible, pero, con sólo imaginarlo, asustaba.

Púlpito

En otros tiempos, desde los púlpitos, se achacaba al comportamiento humano el castigo divino en forma de plaga. El remedio: oración, arrepentimiento, rogativas y procesiones. Gracias a dios la Ciencia, antes o después, puede explicarlo casi todo y encontrar una solución, no perdamos la fe.

Flores

Este es el cuadro que adquirí pensando en ti. Colgado permanece en la galería esperando a que algún día pueda recogerlo y entregártelo. Las flores, además de devolvernos la alegría, pruebas concluyentes son del amor, de la belleza y del fluir de la vida.

Confinamiento

En el confinamiento el paisaje es el mismo, pero cada día y a cada hora del día es diferente. Cambia la mirada, según tu estado de ánimo, más profunda o más ligera, más dulce o más amarga. Contemplar el cielo, la luz, el sol, las nubes, el viento, la lluvia, los árboles, las aves que pasan y los edificios de enfrente, sin pensar, permite captar y sentir la esencia de la materia y de la vida en cada instante.

Extraña guerra

En esta guerra extraña y silenciosa el personal sanitario, con miedo, dedicación y escasos medios, combatía en primera línea. Por detrás, un pequeño ejército de trabajadores suministraba alimentos y prestaba servicios básicos y esenciales. En la retaguardia, policías y soldados cubrían las espaldas. Las bajas se contaban por miles y refugiadas en las casas las gentes, disciplinadas, intentaban aislar al enemigo, mantener la calma, dar ánimos y no perder la esperanza.

Pandemia de amor

Una pandemia de amor inundó el mundo y no estábamos preparados para ella. Acabó con el egoísmo, arrasó el debate político, repartió la riqueza, terminó con la injusticia, la miseria y las guerras. Ahora el mundo es otro y, felizmente, no nos reconocemos.