En el vacío de la noche suena un
disparo. La bala inicia el recorrido asesino y en un instante alcanza su
objetivo. Un cuerpo, herido de muerte, cae. Testigo la Luna. Pisadas que
inician la carrera del autor huyendo de la escena. Un grito de auxilio y las
primeras sirenas que ya se acercan. De azul, en destellos intermitentes, llega
la policía. Un muerto, un casquillo y otra vida perdida. Ajuste de cuentas,
contarán mañana las noticias.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
viernes, 11 de octubre de 2019
Hace años
Hace años que le dio la locura
del amor y desde entonces no tiene cura ni remedio que la salve de ese
maravilloso error.
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