El camino que vas a recorrer, ya lo sabes, es un camino interior. Has llegado a otra encrucijada de tu vida. Hace apenas nada eras una niña que correteaba alegre e inquieta entre espigas y amapolas. Sí, el tiempo, y por tanto la vida, pasa deprisa, casi sin darnos cuenta. Echamos la vista atrás y sentimos el vértigo y la nostalgia del pasado.
Ha cambiado tu vida en los últimos tiempos. Surgen dudas, temores, incertidumbres, e intentas encontrar respuestas que le den de nuevo sentido. También sabes que, si puedes y quieres elegir, es conveniente que elijas el camino del corazón.
Vas a recorrer los caminos que llevan al Oeste, a ese mágico lugar donde el sol baja cada tarde a descansar y se pierde en el horizonte. Yo estaré en el Este, viendo amanecer un nuevo día y renovando mi compromiso con la vida. En algún momento, espero que en muchos, nos cruzaremos y, en silencio, nos miraremos a los ojos. Será suficiente para sentir la energía que, misteriosamente, nos une.