domingo, 29 de diciembre de 2019

María


Lo nuestro comenzó hace mucho tiempo, cuando todavía no nos conocíamos, y no ha finalizado porque seguimos sin hacerlo.
Sola y sin rumbo estaba una tarde, sentada en un taburete delante de un ordenador, cuando apareciste frente a mí y tu imagen y tu vida quedaron ya para siempre grabadas en mi corazón formando parte de la mía.
Con mis dedos recorrí medio mundo para saber de ti y cuando nos localizamos, la vida nos cambió. Juntos vivimos historias verdaderas e historias inventadas. Juntos supimos lo que era amar, vivir y entregarse, también lo que era el miedo, perder y odiar.
Por ti eché a volar jugándome la vida, abandonando la comodidad de otro lugar, por ti me tacharon de loca, cuando mi única locura era amar de más.
Lo que yo viví contigo jamás nadie lo podrá borrar. Te debo muchas de mis ilusiones, muchos latidos acelerados de mi corazón, muchas mariposas en mi estómago, muchas lágrimas de alegría, te debo, en general, mucha de la vida que le diste a mi vida y prometo, si algún día llego a conocerte de verdad, poder darte mucho de todo eso que te debo. Mientras llega ese momento, seguiré estando contigo por la puerta de atrás, la noche de antes y el día después, la hora anterior y el minuto siguiente, y seguiré deseando que permanezca en ti la pasión y que seas siempre el mismo joven al que nunca conocí.
María