Lo nuestro comenzó hace mucho
tiempo, cuando todavía no nos conocíamos, y no ha finalizado porque seguimos
sin hacerlo.
Sola y sin rumbo estaba una
tarde, sentada en un taburete delante de un ordenador, cuando apareciste frente
a mí y tu imagen y tu vida quedaron ya para siempre grabadas en mi corazón
formando parte de la mía.
Con mis dedos recorrí medio mundo
para saber de ti y cuando nos localizamos, la vida nos cambió. Juntos vivimos
historias verdaderas e historias inventadas. Juntos supimos lo que era amar,
vivir y entregarse, también lo que era el miedo, perder y odiar.
Por ti eché a volar jugándome la
vida, abandonando la comodidad de otro lugar, por ti me tacharon de loca,
cuando mi única locura era amar de más.
Lo que yo viví contigo jamás
nadie lo podrá borrar. Te debo muchas de mis ilusiones, muchos latidos
acelerados de mi corazón, muchas mariposas en mi estómago, muchas lágrimas de
alegría, te debo, en general, mucha de la vida que le diste a mi vida y
prometo, si algún día llego a conocerte de verdad, poder darte mucho de todo
eso que te debo. Mientras llega ese momento, seguiré estando contigo por la
puerta de atrás, la noche de antes y el día después, la hora anterior y el
minuto siguiente, y seguiré deseando que permanezca en ti la pasión y que seas
siempre el mismo joven al que nunca conocí.
María
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