miércoles, 30 de enero de 2013

Un mar de dudas.


Sí, ahora soy un mar de dudas, un mar de olas cambiantes que suben y bajan impidiéndome ver el horizonte con claridad. Y, a pesar de que la isla que me aísle no está muy lejos, intuyo que la travesía puede complicarse innecesariamente.

Escucho tu consejo, experto en asuntos de la mente, y siento tu ánimo induciéndome a cruzar a nado la distancia que separa esta realidad incómoda de otra más amable.