miércoles, 14 de diciembre de 2011

Contracorriente.


A contracorriente fluimos en sentido contrario al devenir de la vida. Nadamos a contracorriente, enfrentándonos a las olas de los mares sociales. A contracorriente de tópicos, de verdades absolutas, de clichés trasnochados. En contra de la opinión general y del sentido mayoritario, a favor del sentido común y de nuestra particular opinión. Porque dudamos de casi todo, incluso de nuestras propias dudas. Porque si no vemos no creemos, tampoco cuando nos ciega la luz de la razón. Porque disfrutamos yendo, cuando los demás vuelven, y regresando antes de que parta la manada. Sólo nos dejamos llevar por la corriente de nuestra intuición, del inconsciente, de nuestro presentimiento y de los sentimientos que brotan a flor de piel, guiados por una melodía que nos atrapa, por aromas y perfumes envolventes, por la hipnotizante mirada de brillantes ojos miopes, a contracorriente.