jueves, 16 de agosto de 2012

Sigo tu rastro.


Sigo el rastro de tus pasos en la arena caminando paralelo al mar. Veo a lo lejos tu silueta envuelta en la brisa suave de la mañana e intento llegar a tu lado acelerando mi marcha. De repente una ola intrépida se adentra en la playa destruyendo castillos de arena y borrando al instante las huellas de tu presencia. Levanto la vista y ya no te veo erguida. Te adentras nadando en la mar batiendo con fuerza la cola de escamas plateadas que delata tu esencia de sirena dorada. Quizás regreses al final de la tarde envuelta en la luz del ocaso, estaré atento.