miércoles, 19 de agosto de 2015

Mirando al mar.


Me gusta desnudarte poco a poco, lentamente y sin prisa, despojándote de todos los sentimientos que envuelven tu corazón. Tenerte virgen y entregada a mi mirada para amarte como nunca habías imaginado. Después te iré vistiendo apasionadamente, con besos y caricias, para que tu alma se sienta plenamente arropada.
Mientras tanto sigue mirando al mar y conversando con gaviotas mensajeras que me cuentan todo de ti.