"Nos hemos acordado de ti, quizá no deberíamos, lo sabemos, pero así es"
Desde tierra adentro, en la llanura manchega, sopla un viento cálido de sílfides envolventes que nos transporta, en sueños, junto al mar.
Ya en la orilla desierta de la playa recorremos el escenario de tiempos pasados buscando las huellas de nuestras pisadas en la arena, sin encontrarlas pues olas de blancas espumas saladas las llevaron, ahogadas, mar adentro.
Tampoco hay rastro de las sombras circulares de sombrillas multicolores, ni nadie que baile en la orilla al ritmo de canciones de verano. Tan solo nuestras amigas gaviotas vienen a recibirnos sobrevolando nuestras cabezas y anunciando, en sus melancólicos cantos, la llegada próxima del otoño.
Paseamos dirección a poniente acompañando al Sol que busca una cama en el horizonte donde pasar la noche. Y es en este momento, con los pies en el agua fría, cuando despertamos de nuestro sueño y encontramos, de nuevo, las emociones que andábamos buscando junto al mar.
A veces los sueños despiertan en nuestra realidad. Estaremos atentos y seguiremos soñando.