“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Meses antes de llegar a la fuente
se habían conocido y reconocido mutuamente, el uno en la otra y la otra en el
uno, cómo medias naranjas que desean exprimirse en un mismo zumo.