A lo largo de la vida subimos y bajamos escaleras, unas amplias y cómodas, otras estrechas y retorcidas. Lo importante, si ya hemos bajado a los infiernos y tocado fondo, es tomar impulso y subir con toda la fuerza posible. A pesar de las dificultades que cada día se nos presentan, debemos seguir hacia adelante, no está permitido rendirse.