miércoles, 22 de marzo de 2017

Peligro de derrumbe.


No hay disculpas que curen totalmente las heridas de una ofensa ni bálsamo mágico que borre para siempre el rastro de un desplante. No obstante conviene, si sentimos arrepentimiento, ofrecer nuestras disculpas y solicitar el perdón de la otra parte. Tal vez así logremos reconstruir una amistad rota o recomponer un amor herido de muerte.