Cuando estoy contigo, el tiempo
pasa tan deprisa que las horas se transforman en minutos y los minutos se
convierten en segundos. Todo fluye tan a gusto, con tanta complicidad y con esa
inexplicable conexión, que, cuando nos damos cuenta, pasó el tiempo sin darnos
cuenta de que el tiempo ya pasó. Tendremos que pedir una prórroga.