Gris.

Un segundo después de salir del blanco y un paso antes de llegar al negro habita el gris. Vasto territorio entre la luz y la oscuridad. Espacio de matices, tonos y sentimientos claroscuros. Por suerte no todo es blanco o negro, casi siempre es gris. Gris bruma, nube gris, gris cielo, mar gris, gris humo, ceniza gris, gris vida, muerte gris.

Barroca.

Barroca, retorcida y con corona eres a veces, y aún así te quiero.

Manos.

Manos que sujetan

Manos que acarician

Manos que apoyan

Manos que exploran

Manos que hablan

Manos que sienten

Manos que gritan

Manos que lloran

Manos que bailan

Manos que abrazan

Manos que dan la mano.

Desde mi esquina.

Desde mi esquina te veo pasar cada mañana, con paso alegre cuando vas y cansado a la vuelta. Yo permanezco inmóvil contemplándote para que creas que soy una estatua sin vida. Mas si me miras siento un temblor por dentro que me hace cosquillas. Sé que algún día tendré que bajar y salir a tu paso para decirte cuanto te quiero. Y tú, que será lo que menos esperas, quedarás a mi lado petrificada.

Amarillo.

De amar: amarillo.

Silencio.

Tal vez sea el silencio la mejor manera de callar los sentimientos que rugen por dentro. Romper ese silencio con palabras escritas que sean un bálsamo para el corazón y permanezcan ahí calladas, pero diciéndolo todo, es otra opción.

Le Tour de Juan.

"Le Tour de Juan"

Tu sombra.

Lo que tú no puedes hacer lo hará tu sombra a la luz del día: saltar vallas, reflejar lo que eres, mostrarte el camino y, cuando menos lo esperes, abandonarte para marchar con otras sombras. 

Atrapados.

Atrapados sus cuerpos entre sombras de barrotes de ventana y rayas de sábanas calientes, no tuvieron otra opción que no fuera entrelazarlos y acabar en un amasijo de piernas, brazos y labios desordenados.

CD.

CD cuanto y cuando sea necesario o no quede más remedio.

El Sol.

Creemos que, al igual que el Sol, es la persona amada la que marca nuestro tiempo, sin darnos cuenta que, al igual que la Tierra, y lo mismo que un pollo asándose, somos nosotros quienes giramos, día a día, hora tras hora, sobre nuestros propios sentimientos.

Vacío.

Si miras dentro de ti y no ves nada da por seguro que el vacío acaba de llenarte. No intentes rellenarlo deprisa ni con cualquier cosa. Disfruta de esa soledad inesperada y confía en que tarde o temprano volverás a sentirte colmado.

Mariposas.

Cuando estoy contigo veo mariposas, mariposas de colores en las paredes de la habitación de mi hotel. No sé si son mariposas pintadas o si son mariposas reales que salen de dentro de ti al escucharme decir que te amo. Tendré que callar, o tendrás que taparte los oídos, para evitarlas.

El paso del tiempo.

El paso del tiempo, el desgaste natural, la corrosión y habitar en un ambiente muy húmedo, pueden acabar con todo y dejar al descubierto un cuadro que muestre las capas de pinturas que vistieron nuestro casco mezcladas con el óxido presente. Nuestros corazones también sufren esas inclemencias internas y externas necesitando, periódicamente, ser recompuestos en condescendientes astilleros.

En el puerto.

Hace ya un par de días que soltó amarras y abandonó este puerto. Reflejada quedó su presencia inundando todo lo que te rodea. Sabes que regresará algún día, pues éste es uno de sus mares imprescindibles. Pero tú ya no estarás aquí para darle la bienvenida. Quizás lo encuentres navegando en tierras áridas y te invite a subir a bordo para acompañarle en otras aventuras saladas. Mientras tanto imprégnate bien de todo lo que te rodea y déjate llevar de regreso a tu otro reino.

Tras las cortinas.

De cortinas para adentro se representó otra función. Una función con dos protagonistas ajena a los ojos del resto del mundo. Función sin guion que quedó grabada en los espejos de nuestras retinas para ser recordada de por vida.

Pescando.

Pescando nuevas historias que contar.

Junto al mar.

Fácil es soñar junto al mar.

En el puente.

Un puente nos une y un río nos divide. De tu orilla a la mía hay menos distancia que de la mía a la tuya, porque tú vas derecha y yo dando rodeos.

La persiana.

Bajar la persiana y crear la noche. Una noche artificial pues todavía hay mucha luz al otro lado. Luces afuera y demasiadas sombras dentro. Oscuridad para quien no quiera ver y luz para el que se atreva a levantar la persiana. Ver las luces que irradian otras almas y descubrir el oscuro vacío que llena la tuya.

Lo eres.

 Lo eres:

Amigo confidente desde el primer día.

Amado de corazón, verdadero.

Amante en cuerpo y alma.

Ese sol que da luz cada mañana.

La estrella que ninguna noche se olvida de guiar.

Un lago de aguas transparentes.

El viento que eleva hasta más arriba del cielo.

El cielo por el que tranquilamente se puede volar.

El río que siempre, siempre, llega al mar.

El mar en el que continuamente navegamos.

Nada no: TODO.

Ella misma.

Y es Feliz.

LR

Quiero ser.

Quiero ser tu amigo y que confíes tu vida en mí.

Quiero ser tu amado de todo corazón.

Quiero ser tu amante al que entregues tu cuerpo.

Quiero ser tu sol y sacarte de las tinieblas.

Quiero ser tu estrella que guíe tu camino nocturno.

Quiero ser tu lago de aguas claras y mansas.

Quiero ser tu viento y elevarte al cielo.

Quiero ser tu cielo para que puedas volar conmigo.

Quiero ser tu río que en brazos te lleve al mar.

Quiero ser tu mar y que cada noche me navegues.

Quiero ser tu todo sin ser apenas nada.

Quiero que seas tú, tú misma, tal como eres.

Y quiero que seas feliz cada vez que leas esto.

Sonriendo.

Puedes llorar, puedes reír, puedes estar triste o alegre, puedes quedarte impasible e incluso puedes desear morir, todo eso puedes y mucho más, pero nunca dejes de sonreír.

Dime la verdad.

Tal vez la mentira sea una verdad disfrazada que pretende no herir.

¿Qué puedo hacer contigo?

¿Qué puedo hacer contigo?

¿Qué hacer sin deshacer nada?

 ¿Puedo continuar a tu lado y dar de lado otra vida?

Hacemos todo lo que podemos, aunque no podemos hacer todo lo que queremos.

¿Y qué queremos?

Quizá no sabemos lo que queremos, tan sólo sabemos que nos queremos.

El llamador.

¿Cuántas veces llamé a tu puerta y no quisiste abrir?

Y ahora que dejado de hacerlo:

 ¿Por qué me llamas?

 ¿Qué quieres de mí?

Fuego en la piel.

A fuego lento se cocinan los amores más ricos y sabrosos. Pero el calor del verano, y las urgencias del cuerpo, nos obligan a poner toda la carne en el asador en una breve siesta y cocinarla a máxima potencia: tostada por fuera, tierna y jugosa por dentro: ¡en su punto!

Estoy bien.

Estoy bien pero, como siempre digo, podría estar mejor. Aunque también peor. Por tanto me quedo como estoy en este momento, que es el mejor momento posible para estar bien. Aun sabiendo que, tarde o temprano, todo cambia y, por consiguiente, cambiaré yo también. Cambiar para quedar igual que estoy, es decir, bien. O bien cambiar porque no merece la pena estar mal, ni hay mal que cien años dure. ¿Me explico? Y si tú estás mal, que no lo deseo, pues a ver si consigues estar bien y así rimar conmigo, amigo, amiga.

Bajo un sol de injusticia.

Bajo un sol de injusticia fui a tu encuentro. De antemano sabía que no te encontraría, pues desde hace un tiempo, indefinido, caminas al lado de otros pasos tan perdidos como los míos. Y aun así fui a tu encuentro. No, no estabas en nuestro camino y por tanto no pude encontrarte. Pero al desviarme un momento encontré las marcas que probaron mis sospechas. Pisadas intensas, llenas de tu esencia inquieta, junto a otras pisadas paralelas. De regreso, pasos tristes los míos, perdieron, para siempre, tu huella.