“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
jueves, 4 de noviembre de 2010
Hay un mar negro.
Existe un mar negro y tenebroso,
Que baña las costas de mi ánimo,
Donde el Sol se oculta tras las nubes
De mi sombrío horizonte
Induciéndome al naufragio.
Es un mar profundo e inhóspito
De lecho volcánico y aguas grises.
Tan sólo los peces negros,
En su tránsito de Alaska a Siberia,
Soportan la temperatura helada.
Las gaviotas de la alegría volaron
A océanos más cálidos y fructíferos
Y los barcos que pescan la vida
Buscan caladeros luminosos
Y aguas más claras y transparentes.
Tan sólo las sirenas, condescendientes,
Vienen a rescatarme, en la mar ceniza
De cielo de tinieblas claroscuro,
Del letargo de mis deseos frustrados
Y de la melancolía que me acompaña.
Yo navego encantado y en paz
En este mar triste y desolado,
Pero sus cantos me hipnotizan
Y me sumerjo con ellas en sueños profundos
De mares azules y sentimientos anhelados.
Epílogo:
Surcamos océanos y mares
Amparando a los náufragos
En su última singladura,
Nuestra melodía les envuelve
En el rumbo a otra vida.
Las ninfas marinas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario