“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Tu atenta mirada Cuando me miras. Tu limpia sonrisa Sonriente me llama. Tu cálida voz que habla Y absorto me canta. Tu ánimo dulce suaviza Mi amarga nostalgia. Tu mano cálida y firme Estrecha la mía que tiembla. Tu abrazo fraterno Reconforta y consuela.
Compensa, sutil tristeza, Y retorna a ti con fuerza, Intangible de medir Imposible no sentir.
No puedo cambiar mi pasado, No es posible retroceder en el tiempo Intentando llegar a ti y haberte conocido, Cruzarme contigo en la vida E iniciar proyectos juntos Con finales inciertos.
Yo ya era cuando tú no existías Aunque siempre estuve contigo Porque el sentimiento vivía Envuelto en otras caras, Y en otras vidas.
No puedo volver y detener mi tiempo Esperando tu llegada, impaciente, Pero queda el consuelo de verte, Escucharte y admirarte, De sentir tu magia que me encanta Y compartir el espacio y el tiempo Que nos junta y nos distancia.
Tampoco puedo cambiar el futuro Que nunca llega ni llegará, Pero se anticipa y se manifiesta En sueños de luz y tormenta, De melodías que estallan en Lluvia fina de alegría y de vida.
No puedo cambiar el pasado, No puedo anticipar el futuro, Sólo puedo naufragar contigo.