jueves, 16 de diciembre de 2010

Poema dramático inacabado.


Intuyo el final que llega directo
A mi último suspiro.

Se acerca veloz en el huracán,
En el torbellino de la angustia
Que crece a cada instante
Alrededor de mi espacio etéreo.

El viento gélido golpea mi rostro
Filtrándose por las rendijas tristes
De mis ventanas oxidadas
Por la niebla gris lluvia
De tu permanente ausencia.

Golpean campanas metálicas
Que anuncian una hora indefinida
En esta tarde de ocaso definitivo.

Un concluyente recuerdo
Asoma a mi mente nublada
Iluminando como fuego de artificio
Tu imagen dulce y sonriente
Ajena a esta huida perpetua
Del desasosiego que abrazo.

Y es ahora, en este último instante,
Cuando comprendo que tanta congoja
Ha sido injustificada e innecesaria.

Suena el teléfono anunciando tu nombre,
Arremete tu voz que me nombra, desesperada,
Sin tiempo y sin espacio para escucharte
y para a