martes, 24 de noviembre de 2015

Música celestial.


A música celestial sonaban sus palabras divinas, no por lo que decían, que era bien poco, sino por el alma que ponía al pronunciarlas. Cuando se apagaba su voz el silencio se oía más fuerte que nunca, tal era su encanto. Hace tiempo que dejó de hablarme, desde entonces sólo escucho el eco de su voz perdido en la bóveda de mi memoria.