No, seguramente no.
No te quiero como tú quieres que
te quiera,
como tú me quieres a mí, a tu
altura.
No, posiblemente no.
No te quiero como soñaste que te
debería querer,
sin condiciones y al cien por
cien.
No, ciertamente no.
Tampoco te quiero como leíste que
había que querer,
románticamente.
No, sin duda no.
Yo no te quiero así,
pero de alguna manera te quiero y
de todas formas te quiero.
No, no digas que no.