Fin de año.

Vieja la noche y nuevo el día, doce uvas, a ritmo de campana, celebran trescientas sesenta y cinco historias pasadas, un brindis de cava, abrazos y besos en la madrugada, deseos felices para días venideros, se fue cansado diciembre y llegó, por fin, enero.

SS AB 17

Cogolludo.

Geométricamente hablando encontramos las simetrías de un patio plateresco: arcos, columnas, cuadrados y rectángulos, conforman un espacio ordenado. El silencio habla de un tiempo pasado, renacentista y, a cielo abierto, bóvedas celestes cambian de la noche al día. Vacío de presencias y repleto de vivencias históricas. Sí, al igual que tú, es un palacio reconstruido de fachada hacia adentro.

Benissa.

Pescando nubes en Cala Advocat.

La puerta entreabierta.

Puede más la curiosidad que la prudencia y ante una puerta entreabierta, que invita a entrar y descubrir lo que hay detrás, no queda otra opción que abrirla del todo y pasar. En esta ocasión no descubrí nada interesante, dentro encontré otra puerta cerrada franqueando el acceso a un patio interior. Herméticos podemos serlo todos en algún momento o también de nación.

La vieja ventana.

Ventanas hay que no volverán a abrirse. Mucho tiempo hace que se cerraron para siempre dejando detrás de ellas viejos recuerdos. Y ahora, cuando paso por delante, siento removerse sentimientos dentro de mi memoria, del corazón ya partieron rumbo al olvido.

Canon.

Algunos prefieren fijarse más en la apariencia que en la realidad. Tal vez porque la apariencia les permite interpretar lo que ven mezclado con la idea preconcebida de aquello que ven. Yo intento fijarme en lo que casi nadie ve y es ahí donde mejor me encuentro.

Belén.

Hay quien nace con un pan debajo del brazo y quien nace con una noble misión, aunque sea misión imposible. Vamos a celebrarlo y que sea lo que Dios quiera. Salud, paz y amor.

Sombras.

Y por delante van nuestras sombras abriendo camino, no vaya a ser que, inesperadamente, caigamos en alguna trampa del destino.

El camino recto.

Y ahora: ¿Qué camino tomar?

Camino del invierno.

Camino del invierno vamos.

Mansas olas.

Mansas, llegan tus olas a la orilla cuando cae la tarde, mar.

Onil.

Y unos pasos más allá encontramos un palacio de dos aguas y un marqués.

En la rotonda.

Cuando el paisaje se convierte en arte y el arte en rotonda, giramos indefinidamente a su alrededor para contemplarlo desde todas las perspectivas hasta llegar a marearnos.

En el castillo.

Hay un castillo interior, sin murallas, torres y almenas, más difícil de conquistar que si de roca fuera.

Pedid.

Pedid, y se os dará.

Mateo 7:7-11.

Cruzando el río.

Guiadas por sus dueños cruzan nuestras sombras imaginarios puentes, reflejos en fila de uno tras de otro sobre las frías aguas del río, camino van de perderse entre la maleza y dejar delante a quienes las guían para sentirse, por fin, libres e independientes.

San Ginés.

Y para nuestro último viaje elegimos vehículos elegantes, no vaya a ser que digan que no tuvimos una muerte digna y un funeral destacado.

Destellos.

Cada vez que pasaba por mi lado sentía una luz amable y un brillo alegre impregnando la atmósfera; paralizado, sólo quedaba admirarla y respirar la energía solar que transmitía.

Reflejo.

Un reflejo distorsionado da idea de lo que somos, pero nuestra verdad es otra, fíjate bien.

Prestigio.

Y allí, al fondo de la plaza, queda nuestro banco de colores enmarcado por la puerta de una antigua iglesia. Se ve menos, pero queda más elegante. Ya sabes, las compañías nos dan o quitan más prestigio del que realmente tenemos, es injusto, aunque así es.

Bancolor.

Un poco de color nunca viene mal para alegrar el tono gris de nuestras vidas. Porque vivir no es nada fácil y vivir bien casi es tarea imposible. Tal vez para algunas personas sea la muerte el momento más feliz de sus vidas y el nacimiento su mayor condena. Por color que no quede, no digan luego que soy un hombre gris y pesimista.

Pensamientos.

Cuando piensas todo eso que piensas, pienso mal de mí, me siento responsable de esos pensamientos y de las acciones previas que los motivan, sabes que sin amor nada de todo esto habría sucedido.

De par en par.

De par en par, con las olas abiertas, paseaban su amor junto a la orilla; arenas movedizas, bajo sus pies, el caminar deprisa les impedían; palabras dulces, con un toque de salada brisa, de sus gargantas nacían; horizontes azules, de mar y cielo, se confundían; una gaviota atrevida rozó sus cabezas con alegría y en ese mágico instante sus manos, temblorosas y anhelantes, se dieron la vida.

Curiosidad.

La curiosidad de un niño no tiene límites, la de una niña tampoco.

Orillamar.

De sueños innavegables me despierto y te encuentro aquí, orillamar, apacible y en calma.

Clausura.

Voy a ver si me encierro yo sólo en clausura hasta el día que vengas a rescatarme de mi locura.

Faro.

Si en algunas ocasiones necesita el faro de otra luz para orientarse, imagina nosotros...

Otras formas de vida.

Hay otras formas de vida y otros mundos paralelos, estamos tan centrados en el nuestro que no los vemos.

Torres.

Torres de acero y cristal acarician el cielo.

De nuestra corresponsal en Moscú, Ana SC Publicistas.

Pasos crujientes.

Crujen nuestros pasos sobre alfombras de otoño helado y despiertan el espíritu de niño travieso que, todavía, camina a mi lado.

El mejor dios.

No importa que no creas o que no tengas fe, el Sol seguirá alumbrándote, ¿acaso hay mejor dios?

De noche.

De noche llegó la nieve.

De nuestra corresponsal en Moscú, Ana SC Publicistas.

Si pudieras.

Si pudieras regresar en el tiempo, allí te quedarías un tiempo para intentar cambiar el futuro que en los últimos años se hizo presente. Tomar otro camino e intentar no volver a equivocarte. Si yo pudiera regresar, también en el mismo tiempo, estaría allí dispuesto a escapar contigo hacia una vida diferente.

Extramuros.

Extramuros, busco la manera de entrar dentro de ti para conquistarte. Sé que no será tarea fácil y que si logro acceder opondrás dura resistencia. En la batalla del amor pierde más quien más se expone y triunfa quien menos se resiste.