“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
¿Para qué sirve un espejo si nada
ni nadie se sitúa delante de él? ¿Y si lo hacen? ¿Para mirar atrás y también
para ver el presente? Yo puedo ver el futuro, aunque tú no creas en él, porque
intento mirar más allá cuando me reflejo a tu lado.