Huyo de la poesía que retuerce
palabras y desordena el pensamiento. A fin de cuentas, el sentimiento va por
dentro y allí queda escrito sin necesidad de escupirlo. Huyo de la pintura
abstracta que rompe la mirada y distorsiona una realidad que ya no existe. Huyo
del cine de autor, porque ni él lo entiende, y de la música que grita y chirría
en mis oídos. De la comida fusión huyo, no me alimenta. Huyo también de todos
los políticos, a derecha e izquierda, tampoco y tan poco, nada, me representan.
Por huir, hasta huyo de mí cuando me encuentro cerca. Tan sólo de ti no huyo ni
rehúyo estar contigo, aunque tú ya no me quieras y yo sí que lo sepa.
"Bienvenida al paraíso" (fragmento), óleo sobre lienzo, García de Pablos