miércoles, 1 de febrero de 2012

Nuestro horizonte.

Existe una fina, alargada, circular y sutil línea que separa, o que une, el mar con el cielo. Es la línea del horizonte. Línea frontera de materias, colores y esencias. Frontera de azules con azules cuando el sol camina alto. De azules, rojos, amarillos y anaranjados en el ocaso, con el sol dispuesto a darse un refrescante baño en el agua salada de la tarde; o amaneciendo directamente del mar, emergiendo a la luz del día. Límite de grises claroscuros en días nublados, de bruma, que confunden y funden mar y cielo. Agua y aire; líquido y gas; salado e insípido; transparentes: cielo y mar.

Existe una fina, alargada, circular y sutil línea que nos separa, o que nos une: a ti y a mí. Es la línea roja. Línea frontera de sentimientos, deseos y realidades. Línea de presencias y ausencias. Frontera de ojos que hablan cuando se miran callados. Límite infranqueable, muro invisible de ladrillos rojos que impide tocarnos físicamente. Magnetismo: atracción y repulsión: tú y yo: tuyo.