Mi sombra comienza a levantarse, harta de arrastrar por los suelos mi silueta ha decidido ponerse en pié y dejar de ser pisada a cada momento. Pugna por ocupar mi sitio e intenta que intercambiemos nuestras vidas, desterrándome a ras del suelo.
Pienso que después de tantos años siguiéndome es justo su deseo. Estoy dispuesto a permitirle que salga a la luz y exprese los sentimientos que lleva reprimiendo durante tanto tiempo. Yo ocuparé su lugar. Me permitirá conocer con más intensidad ese mundo de sombras, oscuridad y segundo plano.
Hemos pactado el cambio para el próximo día 6 de abril, en plena Semana Santa, aprovechando el aturdimiento general de nuestros conocidos, unos por exceso de religiosidad, y otros, los más, preocupados y ocupados en comer, beber y disfrutar de unas cortas e intensas vacaciones.
Por tanto, a partir de ese día, ella ocupará mi lugar y yo el suyo. Dará cuenta de su nueva vida y, si así lo desea, de la mía. Estad atentos, y atentas.