Una puerta abierta nos invita a pasar, a adentrarnos en un nuevo espacio desconocido.
Traspasamos nuestra curiosidad, nuestras dudas y nuestros miedos, entramos.
¿Qué encontramos?
Encontramos aquello que buscábamos insistentemente, lo que en sueños habíamos imaginado.
Encontramos una fuerza irresistible que nos conmueve, nos perturba el ánimo y nos inquieta intensamente, alterando la frecuencia cardíaca.
Pero hay otra puerta al fondo y está cerrada.
¿Será la última, la definitiva?
Llamamos.
¿Vendrá por fin a abrirnos?