miércoles, 5 de octubre de 2011

Consecuencias de la crisis.


El ayuntamiento de una conocida ciudad de La Mancha, famosa por sus navajas, ha decidido, a consecuencia de la crisis económica y moral que estamos padeciendo, enterrar a los vecinos fallecidos -estudian la posibilidad de hacerlo también con los vivos que así lo deseen- en las calles.
Las obras que, jubilados atónitos venidos de otros lugares de España en visita guiada por el INSERSO, contemplan día a día en la ciudad, se tratan, por consiguiente, de una ampliación del cementerio municipal.
El consistorio ofrece a la ciudadanía la elección de la calle o plaza para la última morada, eso sí, libre del impuesto de bienes inmuebles. Además la corporación municipal ha delegado en el concejal de cementerio la búsqueda de patrocinadores. En este sentido tenemos noticias de negociaciones muy avanzadas con las empresas suministradores de servicios básicos: electricidad, gas, agua y teléfono, encaminadas a aprovechar las obras de reparación, ampliación y mejora de sus redes de distribución en aras de abaratar las futuras tumbas.
Nos consta que ya existe una lista de espera de candidatos dispuestos a ocuparlas, y que esta original iniciativa, en tiempos de crisis, será exportada a otros municipios de Europa.
Felicitamos al ayuntamiento manchego por su I+D+I. Enhorabuena.
Chema Press.