Parece ser que Jesús fue un
revolucionario, un adelantado a su tiempo. Andaba con los pobres, los humildes
y la gente trabajadora propagando el amor, la justicia, y los derechos humanos.
Contaba con las mujeres, aunque en la versión oficial de su vida no aparezcan
mucho. Al final acabó sus días como acaban los iluminados: torturado, asesinado
y colgado en una cruz. Dicen que resucitó al tercer día, pero esa ya es otra
historia.